En el lecho de los ríos
el agua lava las piedras
las piedras solo son piedras
pero las hace más bellas.
En el lecho de mi vida
en sus aguas cristalinas
yo me quisiera bañar,
y nunca me dice nada
el silencio es su respuesta,
yo noto que algo me falta
y siento la soledad.
En el lecho de mi alma
yo la quisiera guardar;
no me atrevo a preguntarle
si a mi alma quiere ayudar,
y entonces si me responde
y a toda ella la baña
le quita la suciedad;
y con palabras muy quedas
al oído muy despacio
entre susurros me dice:
¡No la vuelvas a manchar!
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