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lunes, 3 de junio de 2013

La nieve

Nevaba,
la tierra quería cubrirse de blancura.
Quería vestirse de pureza
igual que una niña
en su Primera Comunión.
La nieve caía mansamente,
un manto de armiño
tejía con primor.
Cada copo tría un mensaje,
en cada copo había mucho amor,
la tierra parecía
un campo de algodón.
Cuando al amanecer
el sol apareció
irisaba colores
que todo suavemente
se fueron posando en ese blanco mar.
Y sentí la premura
de querer navegar
en un barco velero
por ese blanco mar.
Y cerrando los ojos
yo me puse a soñar,
mis sueño fue tan bello
como ese blanco mar.

Con los ojos del corazón

Con que emoción recordaba
cuando yo te conocí
eras la flor más hermosa
que había en aquel jardín.
Mas con el paso del tiempo,
aquella flor tan hermosa,
fue perdiendo su belleza
ya no me importó gran cosa.
Estuve en otros jardines
a otras flores conocí
mas mis recuerdos se pierden
al acordarme de ti.
Entonces sentí el deseo
de volver a aquel jardín
para ver aquella flor
a la que tanto yo amé.
Yo no sabía que hacer,
no sabía que decir,
por no saber no sabía
si te acordabas de mí.
Y en esa incertidumbre,
entre susurros muy quedos,
estas palabras oí:
"Cuando veas a tu flor
no la mires con los ojos
hazlo con el corazón".
Y encontrarás la belleza,
aquella que andas buscando,
que ella guardó para tí
mientras te estuvo esperando.

La lluvia

Llovía,
el agua caía del cielo muy despacio,
con suavidad quería
acariciar a las flores del campo.
Ellas adormecidas
despertaron gozosas,
la frescura del agua
las hizo más hermosas.
De cientos de colores
a la tierra vistieron,
celoso el arcoiris
fue desapareciendo.
y hubo una gran fiesta;
los pájaros del campo
con sus trinos unieron
al cielo y a la tierra
igual de enamorados.