He sentido la brisa en mis sentidos,
he sentido el viento del siroco
y he visto las montañas del desierto
en distinto lugar cada mañana.
he sentido el viento del siroco
y he visto las montañas del desierto
en distinto lugar cada mañana.
Así sucede a veces en la vida,
el amor se siente como brisa
y otras, como viento impetuoso
que cambia el sentimiento
y lo bello, por un tiempo, deja de ser hermoso.
Mas siempre el amor sale triunfante
y aunque a veces éste se agoste,
tiene la propiedad de ser cambiante.
Y en esas mutaciones permanentes
adquiere sentimientos diferentes,
así sus rotaciones son estables
en ese movimiento intermitente.
Pedro Róman Sanchéz
También el alma se rompe
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