Páginas

jueves, 19 de abril de 2012

Campos dorados

Ilustración de Natalio Bayo.
Campos dorados,
espigas granadas
mecidas por el viento,
acunadas al alba.

El sol busca refugio
en tan grande sabana
y las espigas se abren
y le dan su morada.

Es un mar tan extenso
que no abarca la mirada,
es un cobijo inmenso
para reposo del alma.

Su belleza es tan grande
como la del mar en calma,
sólo es distinto el color,
lo demás apenas cambia.

Y cuando la mirada
errante va vagando,
encuentra su descanso
en ese mar dorado.

Y esas eternas ansias
de encontrar la belleza
aquí sacian su sed,
en este mar de tierra.

Pedro Róman Sanchéz
También el alma se rompe

No hay comentarios:

Publicar un comentario