Para Elvira Pérez
En lo más íntimo de ti
donde no se oyen las palabras
hay alguien a quien tú das cobijo
que lo sientes,
que se mueve,
que se agita,
que ríe,
que tiene hambre,
que tiene sed,
que se alegra,
que descansa,
que duerme,
que juega,
y que sabe
que tú para él
eres todo.
donde no se oyen las palabras
hay alguien a quien tú das cobijo
que lo sientes,
que se mueve,
que se agita,
que ríe,
que tiene hambre,
que tiene sed,
que se alegra,
que descansa,
que duerme,
que juega,
y que sabe
que tú para él
eres todo.
Y llegará el día
que, como tú,
abrirá los ojos al mundo
pero en ti, pondrá su confianza
para tantas cosas...
serás su sostén.
Y esa «cosa» pequeña
será tu alegría,
será tu esperanza,
será tu ilusión.
Con él, otra vez serás niña,
jugarás con sus juegos,
leerás en sus libros,
vivirás en su vida.
Y sentirás los olores del campo
y el rumor de un arroyo
y la brisa del mar
porque todo lo que tú vivas
a él se lo querrás dar.
y el rumor de un arroyo
y la brisa del mar
porque todo lo que tú vivas
a él se lo querrás dar.
Él será tu alegría.
¡Ya lo verás!
Pedro Róman Sanchéz
También el alma se rompe
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